viernes, 21 de marzo de 2008

Aunque no me oyes



Aunque no me oyes

Si las lágrimas tibias de las nubes
caen contagiando su dolor,
yo, un aspirante de tu amor
¿no he de llorar si de mi amor tú nada sabes?

Si los lobos aúllan a la luna
que, lejana, no los puede oír,
aunque no oyes ¿no te he de decir
que te amo como a otra ninguna?

Y mis ojos al mirarte se deslumbran,
mi garganta al hablarte se enmudece.
En tu rostro las marcas del amor abundan
y en tu pelo la esperanza de mi amor se mece.

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