lunes, 13 de abril de 2009




Princesa de la Luna

No se bien si eres un cuento
o si existes de verdad,
pero a veces yo me encuentro
con tu personalidad
reflejada en la persona que me da
una muestra de cariño o de amistad
y por eso me comienzo a preguntar
si algún día a mi vida has de llegar.

Princesa de la Luna ¿dónde estás?
Princesa de la Luna, llega ya.
Que mi vida no se cansa de esperar
que algún día tú te hagas realidad.

Eres parte de mis sueños
y mi dulce despertar.
Eres ángel de mi cielo,
mi noción de eternidad.
Eres el camino donde va
toda mi locura y ansiedad
y por eso me comienzo a preguntar
si algún día a mi vida has de llegar.

Princesa de la Luna ¿dónde estás?
Princesa de la Luna, llega ya.
Que mi vida no se cansa de esperar
que algún día tú te hagas realidad.

Rayito de luna




Rayito de luna

Rayito de luna
que atraviesas mi ventana
y me encuentras en la cama
sollozando en la penumbra.

Deja que cierre mis ojos,
deja que llore a mi antojo
mientras curan mis heridas.

Porque el dolor del corazón
me está matando,
yo me escondí en este rincón
y estoy llorando.
Y tú me vienes a buscar
con brillo blanco
¡Cuidado! te puedes manchar,
estoy sangrando.

Rayito de luna
que decides asomarte
a la más oscura parte
regalando tu blancura.

Deja que tu luz divina
borre la sombra asesina
que está nublando mi vida.

Porque el dolor del corazón
ya está pasando,
yo recibí tu inspiración
y estoy cantando.
Y si llegaran a escuchar
otros mi canto,
seguro pudieran pensar
que estoy soñando.

Rayito de luna
que consigues consolarme
con tan sólo acompañarme
con el brillo de tu albura.

Sabes que te debo tanto
porque me has secado el llanto
y has curado mis heridas.

Palomita blanca




Palomita blanca

Yo no cortaré tus alas
palomita blanca,
abiertas tendré las puertas
de tu palomar.

No es preciso que un anillo
lleves como marca,
sabes donde está tu nido,
vas a regresar.

Se que ya no soy el mismo
que veló en el lecho de tu enfermedad.
Se que ya no tengo nada
que ofrecerte y sólo quieres libertad.

No me pondré en tu camino,
si quieres puedes volar,
pero si algo me has querido
deja que de lejos te pueda mirar.

Yo no encerraré tu alma
dentro de una jaula,
no pondré cadenas a
tu ansia de libertad.

Dejo que el viento te envuelva
con su suave aura
y te ayude a hallar el rumbo
a la felicidad.

Se que hay muchos que se atreven
a decir que yerro al dejarte marchar
y me expongo a que te lleve
en sus garras un vil cazador gavilán.

Mas que eres sagaz confío,
se que te sabrás cuidar,
pero si algo me has querido
deja que de lejos te pueda mirar.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Acribillado


Acribillado

Aunque tú quisiste vendarme los ojos
con tantas mentiras,
me negué tajante, levanté la vista,
me mantuve erguido

mientras tú me atabas y después dejaste
mirar como ibas
tomando distancia paulatinamente
hasta quedar a tiro.

Desde allí alistaste las mejores armas
por ti ya elegidas.
No cargaste salvas, todas fueron balas
de mortal destino.

Luego me apuntaste fijando en mi pecho
la cruz de la mira;
conteniendo un rato el aliento lograste
conservar el tino.

Al fin disparaste y de mi pecho abierto
la sangre destila.
¡Cómo te sorprende que siga con vida
mi cuerpo caído!

Ya me acribillaste con los proyectiles
de toda tu ira,
da el tiro de gracia entonces y acaba
de una vez conmigo.

Pero ten en cuenta que ni aun ahora
que mi alma expira
cerraré los ojos. Así que dispara
mientras yo te miro.

Insecto



Insecto

Como insecto preso detrás de un cristal
de alguna ventana transparente y dura,
me encuentro atrapado en mi sino fatal,
que es de las prisiones la más segura.

Intento escapar y es para mi mal,
pues siempre tropiezo en su firmeza pura
que me impide huir con una fuerza tal
como si estuviera en una sepultura.

Mas, como no es también así de oscura
y mis ojos pueden ver el mundo real,
sufriendo me encuentro la más cruel tortura.

A menos que vengan a abrir el portal
la muerte siniestra mi suerte me augura,
pues se está acabando mi ciclo vital.

Misericordias crueles



Misericordias crueles

¿Cómo es que ha podido ser así de cruel?

¿Como se ha mostrado injusto e inclemente
con quien su cariño le entregaba fiel,
con quien fue tan dulce, tierna e inocente?

¿Dónde está lo humano? ¿Dónde lo gentil?
¿Dónde lo cristiano de su corazón,
si con quien lo quiere se muestra tan vil
y no le guardó ninguna compasión?

¿Acaso ha olvidado que a su hogar llegó
a llenar de dicha a su querida gente?
¡Cómo de de este modo ingrato le pagó!
¡Dándole la muerte despiadadamente!

Y ahora se quiere también excusar
diciéndome que ella hacía mucho daño.
¿Qué mal, tan pequeña, podía causar
que le mereciera castigo tamaño?

Que más sufrimiento le quiso evitar
es otro pretexto que pone el malvado.
¿Qué peor sufrimiento se puede encontrar
que morir en manos de quien se ha confiado?

Él puede seguir su vida mucho más
y esperanza tiene de otra todavía,
ella ya no tiene, ni tendrá jamás,
él ya le ha quitado la que poseía.

Quizás, me imagino, muy contenta estaba.
Por fin la sacaban, pensaba, a pasear.
En su compañía tranquila marchaba
pues no sospechaba que él la iba a matar.

Judas Iscariote una razón tenía:
por treinta monedas a Cristo vendió,
pero a él ¿qué motivo fuerte incitaría
al horrible crimen que, ruin, cometió?

¿No notó en el brillo triste de sus ojos
que desesperada le quiso decir:
"¿Qué maldad te he hecho? ¿Te he causado enojos?
¡Perdón! ¡Te suplico, déjame vivir!"?

Él, fiero verdugo, con la sangre fría,
sádico, sus ruegos no quiso atender.
Ya lo dijo el sabio: "De la gente impía,
las misericordias, crueles suelen ser".