miércoles, 11 de febrero de 2009

Acribillado


Acribillado

Aunque tú quisiste vendarme los ojos
con tantas mentiras,
me negué tajante, levanté la vista,
me mantuve erguido

mientras tú me atabas y después dejaste
mirar como ibas
tomando distancia paulatinamente
hasta quedar a tiro.

Desde allí alistaste las mejores armas
por ti ya elegidas.
No cargaste salvas, todas fueron balas
de mortal destino.

Luego me apuntaste fijando en mi pecho
la cruz de la mira;
conteniendo un rato el aliento lograste
conservar el tino.

Al fin disparaste y de mi pecho abierto
la sangre destila.
¡Cómo te sorprende que siga con vida
mi cuerpo caído!

Ya me acribillaste con los proyectiles
de toda tu ira,
da el tiro de gracia entonces y acaba
de una vez conmigo.

Pero ten en cuenta que ni aun ahora
que mi alma expira
cerraré los ojos. Así que dispara
mientras yo te miro.

No hay comentarios: