jueves, 8 de mayo de 2008

Esa paloma puede ser mía



Esa paloma puede ser mía

En una orilla de un río
había un árbol que no moría
y en la copa de ese árbol
había una rama que se mecía.
En esa rama se hallaba
una paloma que allí vivía.
Esa paloma no tiene dueño
puede ser mía.

Y me quedaba esperando
bajo del árbol yo noche y día.
Esperaba que bajara
y que en mis brazos la estrecharía,
y estrechando a la paloma
hasta mi casa la llevaría
y ya en mi casa de mil amores
la cuidaría.

Nunca pensé que esa rama
que se mecía se caería
y que al caerse su rama
esa paloma se marcharía,
y al marcharse tras de ella
desesperado yo correría.
La llamaría pero ella, lejos,
no escucharía.

Hoy me he quedado llorando
junto a ese árbol la pena mía,
la pena que poco a poco
toda mi vida me quitaría.
Me quitaría la vida
si no esperase que vuelva un día.
Esa paloma no tiene dueño
puede ser mía.

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